Mar Tárraga

TU YO EXCELENTE

¿Alguna vez has pensado de qué depende que unos días tengas energía para comerte el mundo y otros solo quieres estar tirado en el sofá y que la vida vaya pasando?

En el mundo de la Empresa saber qué es lo que te da la energía que necesitas para comerte el mundo es fundamental. Si no sabes de qué depende tenerla, estarás a expensas del azar y eso no es efectivo a la hora de lograr nuestros propósitos.

El ser humano busca la armonía y la felicidad. Buscamos homeostasis, equilibrio, en todos los sentidos.
Y es lo natural.

La mayoría de nosotros hemos nacido equilibrados y sanos, tanto física como emocionalmente, para expresarnos ante el mundo como lo que realmente somos: seres capaces de dar lo mejor de nosotros mismos.
Pero para eso, lo primero que necesitamos es energía, motivación, recuperar sensaciones de plenitud que nos hagan mantenernos en la excelencia.

Entonces, ¿qué pasa por el camino para que perdamos nuestra energía, nuestra fuerza, nuestras vitalidad?  Y, lo más importante, ¿qué tenemos que hacer para recuperar la ilusión o para mantenerla en niveles óptimos?
Suceden muchas cosas. El ambiente en el que nos movemos no suele ayudar. Múltiples acontecimientos de cada día y algunos hábitos hacen mella en nosotros y nos alejan de esa mejor versión.

En la parte fisiológica, los hábitos que nos han construido puede ser que no hayan sido los mejores. Una alimentación antiinflamatoria, a favor de uno mismo y no en contra, y la práctica de ejercicio físico de la forma más adecuada, son dos pilares fundamentales para que tengamos la energía necesaria para construir quienes queremos ser. Pero hay muchos más.

Cuando estamos equilibrados, esa energía que estaba siendo utilizada en reparar los daños creados por los malos hábitos, queda libre para que otras partes de nosotros mismos se puedan expresar.
Así podremos hacer lo que realmente queremos hacer, sin excusas. Afrontaremos situaciones que de otra manera dejaríamos pasar porque no tenemos la fuerza necesaria para construir. Nuestra vida será más feliz, plena, consciente y llena de lo que nosotros hayamos decidido.

¿Y qué ocurre a nivel emocional?

Cuando no disponemos de energía, nuestro estado de ánimo se resiente y tiende a la negatividad y el pesimismo porque nuestro intestino y nuestro cerebro, íntimamente conectados, harán que se fabriquen menos neurotransmisores y tengamos menos sensibilidad en los receptores de la felicidad y la motivación. Algo sumamente necesario para esa mejor versión.

Al mejorar nuestros hábitos nos sentimos más felices y plenos, porque hacemos que aumente la dopamina, la serotonina y la oxitocina en nuestro cuerpo y tenemos la sensación de que “cogemos al toro por los cuernos”, de que realmente vivimos como queremos hacerlo. No nos dejamos llevar por la inercia o por los acontecimientos que “nos toca” vivir, sino que somos capaces de decidir qué queremos hacer con eso que estamos viviendo, sacando lo mejor de nosotros mismos y de las circunstancias.

Todo en la vida tiene su función y su lugar. Pero solo si nos permitimos la transformación, podemos aprovechar los peores momentos para expresar lo mejor que tenemos.
Siempre se trata de tener energía disponible para cambiar lo que queremos cambiar, y ser quienes queremos ser. Si no tienes la energía necesaria para el cambio, por mucho que lo desees, no pondrás la acción indispensable para conseguirlo.

Cambiando simples hábitos tu vida cambiará. Tu perspectiva del mundo se ampliará y serás capaz de ver lo que ahora no estás viendo.
Revisa tus hábitos, déjate aconsejar y, en poco tiempo y con menos esfuerzo del que imaginas, observarás cómo tu vida mejora y eres capaz de conseguir que esa versión excelente sea una realidad.

 

Mar Tárraga.

PSICONEUROINMUNÓLOGA Y EXPERTA EN SALUD INTEGRAL 

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